Durante casi una hora, he escuchado atentamente la conferencia de prensa del senador Alejandro Armenta, a quien conocí en su anterior papel como colaborador del exgobernador de Puebla, Mario Marín, actualmente recluido en el penal de "El Altiplano" y posiblemente a punto de obtener su liberación.
Tras su discurso, no me queda ninguna duda de que ha tejido toda una trama política.
Detrás de la "presunta" amenaza e intimidación que asegura haber recibido de la ministra presidenta Norma Piña, se asoma una estrategia mediática para obtener réditos políticos y equipararse en el ánimo presidencial con su primo, Ignacio Mier Velazco, también aspirante a la gubernatura de Puebla.
Es aún más evidente si consideramos su intención de llevar este asunto a los tribunales y, al igual que su primo Nacho Mier, utilizar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como pretexto para organizar foros donde se dará a conocer una iniciativa de su autoría destinada a eliminar los privilegios de sus miembros.
Queda claro entonces que mientras mantenga el conflicto con la ministra presidenta Norma Piña, asegura la cobertura mediática, tiene el pretexto perfecto para continuar su campaña por la gubernatura de Puebla y, lo más importante, capta la atención del presidente.
Alejandro Armenta demuestra su habilidad política. Sabe que no hay mañana para alinearse al cien con el presidente Andrés Manuel López Obrador en su objetivo de debilitar al Poder Judicial y que en este momento es primordial y oportuno para aspirar a gobernar Puebla.
Sin embargo, a medida que se esclarezcan las verdaderas intenciones detrás de estas acciones, el resultado puede ser el de un boomerang. Pero ya es demasiado tarde. La flecha ya salió del arco.
¿Está Armenta verdaderamente preocupado por la integridad del sistema judicial o simplemente busca combustible para sus aspiraciones políticas? Parece evidente que su principal objetivo es posicionarse como un leal aliado de López Obrador y demostrar su compromiso con la agenda del presidente.
La política, al fin y al cabo, es un juego de intereses y alianzas, y Armenta está jugando sus cartas de manera arriesgada, pero inteligente. Adelantada como está la sucesión (presidencial y de Puebla) no puede darse el lujo de escoger un momento posterior para congraciarse con el presidente. Nacho Mier va ganando terreno.
Así que, como dice el exgobernador poblano Melquiades Morales, “andando y meando”.
Alejandro va a seguir en campaña con el tema de la SCJN con la intención de convertirse en el candidato favorito del lopezobradorismo en Puebla.
Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog | HCSblog
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