En Puebla, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) enfrentó una serie de críticas previas al proceso de renovación de sus dirigentes (sección 51 y 23), que no deberían obviarse.

Sobre todo en la Sección 51, los vicios y corruptelas que salieron a flote, hablan del enorme trabajo que tiene que realizar Alfredo Gómez Palacios para dar viabilidad a la organización magisterial, más allá de cuotas y cuates.

El ruido que ha causado la venta de plazas docentes (que en teoría ya no existe), lo que evidencia corrupción en el sistema educativo, la disposición indiscriminada de plazas titularidad C, en poder de quienes no están debidamente capacitados y que no son más que nombramientos surgidos del tráfico de influencias, son prácticas que Gómez Palacios tendrá que contener, así como una larga lista de aviadores que vuelan alrededor de las supervisiones.

Y la lista de distorsiones en el magisterio poblano que desde el poder sindical se ejercen, sigue.

Incrementos irregulares de horas clase, ascensos escalafonarios sin sustento, directores que tienen aviadores, etcétera, son algunos de los temas que prácticamente se han desbordado sin que la autoridad magisterial oficial (SEP) pueda hacer algo por “respeto a la autonomía sindical”.

Ya no se diga de la disposición poco transparente e indiscriminada del fondo de ahorro de los trabajadores de la educación.

Todo ello y más, vinculado a la tradicional falta de transparencia en el SNTE ha llevado a un debilitamiento del sindicato, y ha generado un impacto negativo en el sistema educativo.

Puede ayudarle mucho a Alfredo Gómez Palacios mantener a raya el color Rosa que tanto daño le ha hecho a la Sección 51 con sobrada prepotencia y dispendio millonario, a todas luces evidente y sin el menor rubor.

Después de vacaciones de Semana Santa, mañana inician clases los profesores.

Pero no sólo es una fecha más en el calendario escolar.

Es el inicio de una cuenta regresiva para que la dirigencia sindical del SNTE 51 recupere la confianza de los trabajadores y adopte prácticas más transparentes y democráticas, y se comprometa verdaderamente con la calidad educativa y la mejora del sistema en su conjunto, tan vapuleado y deficiente, en el que viven hoy miles de estudiantes de Puebla.

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog