El fentanilo, un opiáceo sintético cincuenta veces más potente que la heroína, ha demostrado ser un negocio lucrativo para los cárteles de la droga, quienes han evolucionado del tráfico de drogas tradicionales a la producción y distribución de sustancias sintéticas.

Una investigación de Forbes señala, de acuerdo con Michael McDaniel, director del programa HITDA de Houston, que un kilogramo de fentanilo puede producir hasta un millón de píldoras falsas, cada una de ellas potencialmente letal.

Para ilustrar el lucrativo negocio, Mc Daniel argumenta que el precio del fentanilo en Houston oscila entre los 6 y los 65 dólares por pastilla, y que los cárteles de la droga se han dado cuenta del alto margen de beneficio que pueden obtener con su producción y venta.

El precio de un kilogramo de fentanilo en Culiacán, México, es significativamente más bajo que en Houston, lo que lo convierte en un mercado atractivo para los productores.

En consecuencia, las tasas de introducción e incautación de fentanilo en polvo y píldoras falsas han alcanzado un récord año tras año en los Estados Unidos.

Para el gobierno de los Estados Unidos este crecimiento del mercado del fentanilo explica en gran parte el crecimiento de los cárteles, mismos que cada día tienen más capacidad para producir y distribuir grandes cantidades de metanfetamina y fentanilo.

Los laboratorios de producción de estas sustancias se concentran principalmente en Culiacán y Tamazula, según McDaniel, pero están expandiéndose a medida que los cárteles de la droga crecen y diversifican sus operaciones.

De acuerdo con lo anterior, sin lugar a dudas, el fentanilo seguirá siendo un negocio lucrativo y peligroso.

La franja, la ruta y la operación

La influencia de China en el tráfico de fentanilo desde México hacia Estados Unidos ha sido motivo de sospecha en los últimos años.

Pero de acuerdo a una investigación del director del programa de Áreas de Tráfico de Drogas de Alta Intensidad en Houston, Michael McDaniel, ha quedado claro que los cárteles mexicanos han establecido relaciones estratégicas con intermediarios de precursores químicos y empresas químicas en China e India para obtener los insumos necesarios para fabricar fentanilo en laboratorios dentro de México.

Estados Unidos ha identificado a ciudadanos chinos trabajando en Culiacán con el Cártel de Sinaloa para ayudar en sus laboratorios ilegales.

Además, los cárteles mexicanos han comenzado a mover las ganancias de las drogas al sistema bancario chino como parte de su relación con actores chinos.

Según McDaniel, mover el dinero en esta dirección también funciona para otros fines, como la compra de precursores químicos y bienes de consumo comerciales fabricados en China y, por lo tanto, para lavar y legitimar los fondos del cartel a través del sistema bancario de China.

En muchos casos, ciudadanos chinos se reúnen con miembros de los cárteles mexicanos en territorio estadounidense para recoger grandes cantidades de dinero procedente de la venta de drogas para que sea blanqueado.

Estados Unidos también ha detectado un aumento en el número de hombres asiáticos que transportan grandes cantidades de moneda estadounidense en camiones con remolque a áreas en el norte de California y otras áreas a lo largo de la frontera suroeste.

McDaniel relató para Forbes un incidente en el que un camión con remolque salió de la ciudad de Nueva York con cuatro hombres asiáticos y fue detenido en Mississippi con 1.4 millones de dólares escondidos en el camión.

Red y negocio

Como se ha expresado en artículos anteriores, el comercio ilícito de fentanilo, un opiáceo sintético altamente potente y peligroso, es un tema de preocupación para las autoridades de los Estados Unidos.

La profesora Celina Realuyo, en su testimonio en la audiencia de marzo de 2022 en el senado norteamercianco sobre Control Internacional de Narcóticos, explicó cómo funciona este comercio y cómo las organizaciones criminales transnacionales y las redes criminales más pequeñas están involucradas.

Según Realuyo, el tráfico de fentanilo a Estados Unidos generalmente sigue una de dos vías: una, compra directa de fentanilo de China por parte de personas estadounidenses para consumo personal o distribución nacional; o dos, tráfico transfronterizo de fentanilo desde México por parte de organizaciones criminales transnacionales y redes criminales más pequeñas.

Para los pedidos y compras de China, internet es el medio utilizado y se pagan con diferentes métodos, como negocios de servicios monetarios, transferencias bancarias o procesadores de pago en línea o monedas virtuales convertibles (CVC) como bitcoin, bitcoin cash o ethereum, entre otros.

De esa comparecencia salió la acusación de que China está alimentando la crisis de los opiáceos al exportar fentanilo y explotar el Servicio Postal de Estados Unidos para enviar fentanilo directamente a los Estados Unidos.

Según la investigación federal que se desprende de la acusación, los comerciantes chinos de fentanilo advertían a sus clientes por correo electrónico que las empresas privadas de entrega como FedEx rastrean electrónicamente los paquetes, lo que permite identificar fácilmente las direcciones sospechosas y crear un rastro que conecte a los vendedores y compradores de fentanilo ilegal.

Por ello, los comerciantes chinos aconsejan a los compradores estadounidenses de fentanilo que envíen paquetes a través del Servicio Postal de Estados Unidos para evitar ser detectados.

Sin embargo, el Servicio Postal ha intensificado los esfuerzos de seguimiento, detección y prohibición para frenar el tráfico de fentanilo a través del correo.

El Congreso de Estados Unidos ordenó obtener datos electrónicos avanzados sobre el 100% de los envíos entrantes desde diciembre de 2020, con énfasis urgente en los paquetes provenientes de China. Al requerir datos sobre el remitente, el destinatario y el contenido de un paquete internacional e incorporar nueva tecnología para escanear paquetes, el servicio postal fue testigo de un aumento impresionante del tráfico de fentanilo por la vía postal.

La fabricación ilícita de análogos de fentanilo y precursores químicos en laboratorios chinos y la venta de estos productos por la Darknet y su envío a granel a Estados Unidos y México es otra forma de comercio ilegal de fentanilo.

De manera similar, el fentanilo no farmacéutico se fabrica cada vez más en México y se transporta a los Estados Unidos a través de rutas de tráfico de drogas bien establecidas a través de la frontera suroeste, sostiene Realuyo.

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