Marcelo Ebrard, quien busca afanosamente su estrella de la suerte, no es la corcholata favorita del morenismo poblano.

Como en el resto del país, en Puebla cuenta con simpatías en la clase media y en algunos empresarios, pero eso no es Morena. Más todavía, la clase política del PRI-Mor poblano sabe que las simpatías del presidente Andrés Manuel López Obrador están en Claudia Sheinbaum.

Pero Ebrard no es ingenuo y por ello ha comenzado a dar prioridad a su agenda electoral.

Las encuestas posicionan a Sheinbaum por encima de Ebrard. Pero el canciller cree que están cuchareadas o manipuladas, y apuesta a que las próximas, en septiembre y noviembre, lo evalúen mejor que a Sheinbaum.

En ese contexto Ebrard viaja de Washington a Tepeaca.

Y en ese tenor va a seguir: su agenda es la política electoral, más allá de la política exterior.

Así que el canciller a lo suyo: las giras de carácter político que, como en el caso de Puebla según confirmó el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, guarda una “agenda personal” y después a Tepeaca de gira oficial con él.

Marcelo Ebrard sabe que necesita apurarse si quiere ser el candidato presidencial de Morena.

Es un aspirante polémico que divide las opiniones y enfrenta complicaciones internas en su partido. Sus fortalezas radican fuera de Morena y, dentro, en su ex secretario de Finanzas, Mario Delgado.

Pero si él anda en promoción, Claudia Sheinbaum, también. ¿Le alcanzarán sus giras para subir algunos puntos en las encuestas, frente a la decisión del presidente López Obrador y la guerra interna que enfrenta en Morena?

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog