Estos espías lograron grabar reuniones de capos, conocer laboratorios de fentanilo y atestiguar el negocio criminal de “Los Chapitos”, lo que permitió a la DEA conformar las principales acusaciones contra el Cártel de Sinaloa.
Uno de los infiltrados era Miguel Alonso Payán, miembro del grupo de seguridad de Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo”. Payán trabajó en la vigilancia de los laboratorios de fentanilo y declaró que el Cártel de Sinaloa enviaba hasta 500 mil pastillas mensualmente del opioide a Estados Unidos. También ofreció a la DEA detalles de cómo se hacía la “cocina” de drogas en un sótano en Aguapetito, poblado de Navolato, donde se producían diariamente decenas de barriles de 200 litros de fentanilo.
Juan Carlos Arce Cabrera fue el segundo infiltrado, pero no se han revelado detalles sobre su colaboración. El tercer sujeto que se infiltró en el Cártel de Sinaloa es identificado con las claves “NN” y fungía como administrador de las bodegas de droga del cártel en California.
Alonso Payán entregó a la DEA fotografías de laboratorios, dinero y autobuses que transportaban fentanilo. La agencia también tiene fotos de Alonso en las que aparece disparando o portando una AK-47 y una granada. En el 2021 Alonso dejó de operar para la organización.
El grupo delictivo almacenaba drogas y armas en una casa de seguridad en el Fraccionamiento Montebello, de Culiacán. Jimmy Loera trabajó dos años con el hijo de “El Chapo” y era responsable de esta casa. Loera confirmó en una ocasión a Alonso Payán que “Los Chapitos” enviaban mensualmente de 400 a 500 mil pastillas de fentanilo a la frontera. Las comunicaciones por teléfono de Alonso y Loera estuvieron monitoreadas por la DEA.
Alonso Payán declaró que en los cuatro años que trabajó para el grupo criminal, sólo vio en dos ocasiones a Ovidio Guzmán “El Ratón”. La primera vez fue en 2020, cuando él y su primo Jimmy Loera visitaron al capo en el rancho de La Anona. La segunda ocasión que vio a “El Ratón” fue en Jesús María, localidad del Municipio de Culiacán. Aquella vez el hijo de “El Chapo” portaba una pistola que tenía grabadas las iniciales JGL de su padre. El 5 de enero pasado Ovidio fue detenido en ese lugar.
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