¿Quién no conoce a la familia Monreal en Zacatecas? Han sido todo y lo siguen siendo. Por décadas han mantenido un fuerte control sobre la política y la administración del estado. Ahora mismo, el patriarca de la familia es el senador, aspirante a la presidencia de la República y ex gobernador Ricardo Monreal, su hermano David Monreal el gobernador de la entidad y su otro hermano Saúl Monreal, es alcalde de Fresnillo.

Pero ahí no acaba su influencia, así como Ricardo ejerce enorme poder en el Senado, la familia controla el congreso local y prácticamente las 58 alcaldías. Además de los vínculos con los legisladores federales de ese estado, su presencia en la administración estatal y en las administraciones municipales se siente todos los días y en todos los rincones de la entidad.

¿Cómo han logrado acumular tanto poder? La fórmula es la misma de todos los caciques en México: una red de alianzas políticas que se transforman en alianzas económicas, emanadas de los recursos públicos, para mantener sus posiciones de influencia.

El Patriarca

El inicio del cacicazgo de la familia Monreal en Zacatecas se remonta a la década de los 80 del siglo pasado, cuando Ricardo Monreal, el patriarca de la familia, comenzó su carrera política en el estado y fue construyendo poco a poco toda una red de lealtades y favores que le permitió controlar gran parte de la política y la administración pública.

Conforme lograban posiciones políticas, la familia fue consolidando su poder a través de una estrategia de nepotismo y clientelismo progresivo, colocando a familiares y amistades en posiciones clave de poder lo que les ha facilitado un liderazgo autoritario y el control que ejercen sobre la política y la administración pública del estado, los municipios y el Congreso local, al grado que la competencia política se ha reducido a una mínima expresión lo que, a su vez, ha degenerado en un clima de corrupción y opacidad en los asuntos públicos.
A pesar de las críticas, la familia Monreal ha logrado mantenerse en el poder en Zacatecas durante décadas y ha sido capaz de extender su influencia hasta Palacio Nacional en diversas administraciones presidenciales. No obstante el clima de aparentes desencuentros Entre Ricardo Monreal y el presidente Andrés Manuel López Obrador, la familia Monreal nunca estuvo mejor que ahora a pesar de que -vaya paradoja- Zacatecas está peor que nunca y se hunde en una espiral de violencia.

El futuro

Ricardo Monreal Ávila trabaja afanosamente todos los días en su próxima candidatura (él quiere ser presidente de la República) mientras la creciente actividad del crimen organizado en la región que co-gobierna con la familia, ha generado una ola de violencia sin precedentes, que ha afectado a la seguridad, la economía y la calidad de vida de los habitantes.

Los grupos criminales, que se dedican principalmente al tráfico de drogas, armas y personas, han extendido su influencia en todo el estado, estableciendo redes de corrupción y controlando gran parte de la actividad económica en la región.

Enfrentamientos armados, secuestros, extorsiones y asesinatos son el pan de cada día en la entidad.

Ahora, agregue los asesinatos de ciudadanos a manos de la policía, como en el municipio de Guadalupe en Zacatecas donde le dispararon a un joven que se negó a que los uniformados le realizaran una revisión.

El fiscal del estado, Francisco Murillo Ruiseco, informó que el joven de aproximadamente 25 años de edad falleció en el hospital mientras recibía atenciones médicas. Por cierto el municipio de Guadalupe se ha convertido en una de las demarcaciones más violentas de la entidad bajo la administración del alcalde Julio César Chávez Padilla de extracción morenista, o mejor dicho, de extracción Monrealista.

Lo que no informó el fiscal, fue que los policías detenidos fueron presentados varias horas después ante el Ministerio Público sin haber sido inscritos en el Registro Nacional de Detenciones, y que fueron liberados al poco tiempo. La razón: las relaciones de complicidad que derivan en impunidad.

Por eso la situación en Zacatecas se ha venido deteriorando cada vez más en los últimos años, con un aumento significativo en los niveles de violencia y un debilitamiento de las instituciones de seguridad pública.

Los efectos de la violencia en Zacatecas se sienten en todas las áreas de la sociedad. La inseguridad ha generado un clima de temor entre la población, que se ha visto obligada a huir, vivir encerrada en sus hogares y a limitar sus actividades diarias, mientras que el impacto económico de la actividad del crimen organizado es creciente y afecta ya gravemente a la industria turística, la agricultura y el comercio, lo que ha provocado un aumento en el desempleo y la pobreza en la región.

Las autoridades locales y federales han implementado una serie de medidas para tratar de contener la violencia en Zacatecas, como el despliegue de más fuerzas de seguridad federales y la creación de programas de desarrollo económico en las zonas más afectadas por la actividad del crimen organizado. Sin embargo, estos esfuerzos aún no han logrado detener la espiral de violencia y destrucción en la región.

¿Cómo y cuándo se enderezará la situación de “Zacatecas buen terreno”? Los Monreal tienen la respuesta.

Redacción: regionglobal@gmail.com