A Miguel Barbosa Huerta, el finado gobernador de Puebla, nadie lo extraña.

Hoy la 4T que tanto cacarea el presidente Andrés Manuel López Obrador todos los días, con aquello de que no son iguales, cuando menos en Puebla, está en las manos del PRI.

Veamos:

En el Poder Judicial, el actor principal es el abogado Carlos Palafox Galeana.

De fuerte raigambre priista, en su calidad de titular del Consejo de la Judicatura, ha desplazado en la toma de decisiones y las relaciones interinstitucionales, a la magistrada presidenta Margarita Gayosso Ponce.

En el Congreso local, con mayoría morenista, quien cocina los acuerdos fundamentales es Charbel Jorge Estefan Chidiac (diputado priista de todos los moles), no obstante el diputado Eduardo Castillo López fue electo presidente del Congreso del Estado y coordinador de la bancada de Morena.

En el Poder Ejecutivo del estado, de plano el gobernador Sergio Céspedes Peregrina se siente más cómodo con los priistas. En los recientes nombramientos de su gabinete él ha dicho que ha recurrido a gente con experiencia, porque se trata de mantener la “gobernabilidad” en Puebla.

Puede ser. A su administración le restan poco menos de dos años y viene un proceso electoral en el que los gobernadores siempre han tenido una importancia crucial. Además, en el estado que gobierna hay tensiones entre grupos de intereses creados y parte de la agenda política permanece contenida tras la muerte de Miguel Barbosa Huerta.

Regresando a los nombramientos, estos han resultado cuando menos polémicos.

Es el caso de Omar Álvarez Arronte como titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte y de María Isabel Merlo Talavera, hoy responsable de la Secretaría de Educación Pública.

Son destacados priistas, de toda la vida, con todo lo que ello significa.

Omar ha ocupado diversos cargos, desde Tesorero municipal de la ciudad de Puebla hasta jefe de la policía estatal. Tal vez el capítulo más agrio que enfrentó el también ex diputado federal, se refiere a la denuncia en su contra por lavado de dinero por la compra de un predio por 12 millones 500 mil pesos con recursos públicos, pero que se les ‘olvidó’ consignar dentro de la cuenta pública 2007 cuando fue director del Colegio de Bachilleres.

¿María Isabel Merlo Talavera titular de la Secretaría de Educación Pública? Lo más cuestionable de la priista es que no tiene título profesional alguno.

Su nombramiento no ha sido bien recibido.

Dentro y fuera de la SEP la gente no da crédito que un perfil carente de cualquier atributo profesional y netamente político, esté al frente de la Institución responsable del destino educativo de Puebla.

Pero el gobernador Céspedes Peregrina ha pedido un voto de confianza porque tiene “habilidad política” y garantiza la “gobernabilidad” en la institución educativa.

Bueno, cuando menos los aspirantes a sucederlo, el diputado Ignacio Mier Velazco y el senador Alejandro Armenta Mier, ya se lo dieron porque, afirman y tienen razón, es facultad del gobernador nombrar a los integrantes de su gabinete.

Ahora bien: ¿qué es eso de la cuarta transformación?

Han transcurrido cuatro años y en Puebla nadie lo sabe; simplemente no existe.

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog