Movimiento Ciudadano (MC), de Dante Delgado, el PAN con Marko Cortés al frente, el PRI del impresentable Alito Moreno y el PRD que dirige Jesús Zambrano, primero van a esperar los resultados de la elección en el Estado de México el próximo 4 de junio.
En Coahuila se da por descontado que Manolo Jiménez (PRI-PAN-PRD) va a ganar la elección de gobernador. Lleva una cómoda ventaja -superior a 10 puntos- al candidato de Morena, Armando Guadiana.
Pero lo que en el contexto de la candidatura presidencial acuerden PRI, PAN, PRD y MC, no necesariamente se reproducirá para las entidades federativas (30) y mucho menos para las alcaldías y congresos locales en el 2024.
Rivera Pérez, quien aspira a ser candidato a gobernador de una probable alianza opositora, lo sabe bien, y también sabe que nada tiene seguro.
Veamos:
El PRI poblano, un músculo disminuido y flácido, controlado por un grupo muy compacto que arribó a él después del encarcelamiento de Mario Marín y de las acusaciones de traición que le endosaron al ex gobernador Melquiades Morales Flores en descargo por la desbandada y el ruido que provocó su hijo Fernando Morales, hoy dirigente de Movimiento Ciudadano, deshoja la margarita sin prisa y valora hacer alianza con la izquierda o la derecha poblana.
Controlado por el grupo del alcalde de Puebla, el PAN poblano continúa siendo un partido de familias y grupos muy locales, sin apertura, y con resultados como gobierno francamente decepcionantes. Es, quizá, la única fuerza política que Rivera Pérez tiene asegurada.
No obstante el pacto de Rivera Pérez con la dirigencia local del PRD, está muy avanzado. Ese partido se ha convertido en una franquicia. Son más los intereses de sus dirigentes en Puebla, que el número de militantes que posee. La alianza con Rivera Pérez va caminando desde que inició nuevamente en el gobierno municipal. Es una cuestión de negocios. Lo demás es cosa de 3 o 4 candidaturas locales y una plurinominal federal.
Pero en el supuesto de que se concretara una alianza opositora (PRI-PAN-PRD), el alcalde Rivera Pérez no tiene asegurada la candidatura (sus negativos han crecido drásticamente y el PRI también tiene gente que quiere y puede ser candidato o candidata al gobierno del estado).
Rivera Pérez por segunda ocasión es alcalde. Llegó por el voto de rechazo a Morena, pero en esta ocasión lo primero que operó fue incrementar los ingresos municipales recargándose en los contribuyentes. Craso error. Por más vueltas que le dio al asunto, no fue bien recibido que cada propietario o poseedor de bienes inmuebles ubicados en el municipio de Puebla pague una cuota fija de 171 pesos por los derechos de servicio de alumbrado público o DAP.
Sin embargo, lo que le retrata de cuerpo completo al alcalde poblano es la incapacidad que presenta frente a la corrupción desbordada de la polícia municipal. Más allá de baches y moches, de la quita de placas, de las multas, (...), su policía se ha convertido en un dolor de cabeza para los poblanos.
A pesar de todo, el alcalde sigue adelante en su pretensión de gobernar el estado de Puebla. Ha convertido su gobierno en refugio de operadores electorales del PAN, pero también del PRI y del PRD.
Ahora, muy atrás en el juego sucesorio, se queja de quienes le llevan ventaja: “es muy curioso que aquellos que conocen la ley y exigen que se cumpla, sean aquellos que la violen”, expresa el alcalde de Puebla sobre las pintas en bardas que promocionan a distintos personajes de Morena rumbo a las elecciones del 2024.
“Le dejo a la opinión pública lo que es evidente, lo que se ve. Me llama la atención que no la respeten y lo dejo ahí para que los poblanos emitan su criterio”. Lamenta, pero no hace reflexión alguna sobre el papel que está haciendo como alcalde por segunda ocasión.
No asoma autocrítica alguna. Nada dice, por ejemplo, de los policías violadores, de la inseguridad, del comercio informal desbordado más allá del primer cuadro de la ciudad, del descuido de calles, iluminación, (...). Lo cierto es que hay varios temas locales que están en boca de los poblanos quienes han visto perder libertades, y dinero, frente a los abusos municipales.
Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog
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