El diputado de Morena propuso este jueves una iniciativa para reformar la Ley Orgánica de la UNAM, con el fin de que al rector lo elija la comunidad universitaria y no la Junta de Gobierno, como se establece actualmente, mediante “elección directa y sufragio universal, libre, secreto, personal e intransferible, conforme a los procedimientos que para tal efecto establezca el Consejo Universitario, que deberán garantizar el principio de paridad de género”.
El legislador morenista, con un largo antecedente como agitador social y sindical en Oaxaca, cumple a pie juntillas las instrucciones de Palacio Nacional: sembrar en la UNAM un foco de tensión estudiantil, para descarrilar el proceso de sucesión en la Rectoría y realinear la institución a los objetivos políticos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Si el caso de la ministra Yasmín Esquivel Mossa ha sido un puñalada a la UNAM, la iniciativa del diputado Armando Contreras Castillo (similar a la agenda política del entonces universitario Martí Batres Guadarrama), es una bala que hiere gravemente la transición rectoral y la autonomía universitaria.
La iniciativa viola descaradamente el derecho constitucional y la responsabilidad de la UNAM de gobernarse a sí misma, sin interferencia externa por parte de gobiernos, partidos políticos, organizaciones sociales o grupos de presión, porque la educación superior es un bien público que debe ser protegido y preservado para garantizar el progreso y el bienestar de la sociedad mexicana.
Las decisiones fundamentales de la UNAM no pueden emerger de la locura de un pensamiento totalitario o sujetarse al proyecto de un solo hombre.
La UNAM tiene la capacidad de tomar decisiones en materia de gobierno, docencia, investigación, extensión y gestión, sin que estas decisiones sean censuradas o controladas desde Palacio Nacional.
Si la intención de Morena avanza ¿qué ocurrirá después? ¿Van a imponer su trasnochada ideología en la enseñanza, la investigación y la expresión universitarias? ¿Van a censurar a los docentes que no compartan el dogma político cuatro teísta y los investigadores serán objeto de represalias por sus opiniones o puntos de vista diferentes?
Vienen tiempos difíciles para la UNAM.
El tigre sigue amarrado, pero van a soltar al Puma universitario; va a hacer destrozos, van a costar y después no será fácil controlar. Cuidado con esta agenda. ¿Sigue el resto de las universidades públicas del país?
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