Enrique Florescano, es un gran ejemplo de ello. ¿Qué universitario, más si estudia o estudió ciencias sociales en la UNAM, no tiene o dió lectura a alguno de sus textos?
Enrique Florescano fue un historiador nacido en la Ciudad de México en 1939, que hizo escuela y patria. Desde muy joven se vio inmerso en la historia de este país de condenados. La cultura mesoamericana maravillo su imaginación a partir del conocimiento y la investigación. Estudió en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), esa que se ve desde el periférico sur allá por Cuicuilco, y posteriormente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo su licenciatura y maestría en historia.
A lo largo de su carrera Florescano destacó por su trabajo en el estudio de la historia de la época prehispánica y del período colonial. Brillante como investigador o como profesor, abordó la religión, la política, la cultura y la sociedad mexicanas.
Entre los libros más importantes de Florescano se encuentran "Memoria mexicana" (1988), ahí deconstruye la memoria histórica en México y su relación con la identidad nacional; "El mito de Quetzalcóatl" (1991), donde examina la figura del dios mesoamericano y su influencia en la cultura y la religión mexicanas.
"Historia de las historias de la nación mexicana" (2001), texto donde reflexiona sobre la construcción de la historia de México como disciplina académica y su relación con la identidad nacional.
Siempre del lado de la historia, se interesó a profundidad por las consecuencias de la actividad humana y esto quedó plasmado en "Precios del maíz y cambio climático en Mesoamérica" (2003). Ahí estudia la relación entre el cambio climático y la economía de los pueblos mesoamericanos durante la época prehispánica. ¿Quieres entender lo que se viene de no evolucionar rápidamente hacia un modo de vida sustentable y sostenible? En este libro podemos entender mejor los efectos del cambio climático en las sociedades humanas.
Sólo el deseo de su descanso eterno consuela perder a Enrique Florescano. Todos los homenajes que recibió, como el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía en 2005 y el Premio Internacional de Historia Órdenes de Alfonso X el Sabio en 2009, bien merecidos, colgarán en algún lugar especial, pero el mejor homenaje que uno puede hacer es releer alguno de sus libros imaginando su timbre de voz suave y enfático.
Adiós al ilustre profesor Enrique Florescano, al historiador, al universitario.
Leerlo algún día, sentado en alguna banca universitaria, en el peldaño de una escalera, en una banqueta o en una piedra en medio del campo, te hará entender cómo se formó este país, su identidad y la cultura que nos arraiga y nos arropa cuando el frío de las crisis hace temblar las manos, pero nos recuerda que somos mexicanos y que hacemos…, lo que nacimos para hacer.
Horacio De la Cruz S. Twitter: @hcsblog
Fotografía: Reforma
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