El pretexto “celebrar” la soberanía energética. Y lo que el presidente entiende por soberanía en el sentido maniqueo del término.
¿Soberanía Energética?
¿Acaso el país cuenta ya con capacidad suficiente para producir y controlar su propia energía?
¿Ya funciona la refinería dos boca para satisfacer la demanda interna de gasolinas?
¿Pemex o la CFE tienen capacidad financiera e infraestructura suficientes para determinar la política energética de México, sin depender significativamente de fuentes externas o privadas de energía?
La verdad es que si Pemex estaba mal, ahora está peor.
Mientras las empresas petroleras serias en el mundo han crecido en producción y valor de mercado, Pemex y su deuda han sido degradadas bajo la actual administración.
Para mantenerla a flote, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le ha inyectado en el tercer trimestre de 2022 un aproximado de 810 mil millones de pesos.
El contexto internacional de precios altos y demanda creciente de petróleo le ayudó a la paraestatal a reportar una modesta utilidad contable, pero financieramente está quebrada.
La Comisión Federal de Electricidad, que con Peña Nieto generó utilidades netas por 49 mil 917 millones de pesos al cerrar 2018, hoy acumula pérdidas que rondan los 40 mil millones de pesos.
Entonces: ¿qué festejan el presidente y su Grey?
¿La crisis energética que se le viene encima al país?
¿Los apagones masivos por la caduca infraestructura eléctrica que predomina?
¿Que la refinería de dos bocas haya resultado de las más costosas del mundo y no haya refinado aún un solo litro de gasolina?
¿Que la principal refinería de Pemex esté en los Estados Unidos?
(...)
Es deseable aspirar a la soberanía energética. Garantiza el desarrollo sostenible de un país a largo plazo. Pero en México estamos más lejos que nunca en esa aspiración.
Nos dirigimos al fin de un periodo más de gobierno. Con López Obrador ha crecido la dependencia energética y por tanto no contamos con una política que garantice la seguridad económica y política de México.
Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog
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